Decía Coco Chanel que “el acto más valiente que una puede hacer es pensar
por sí misma en voz alta” y también que “para ser irremplazable, una tiene que
buscar ser diferente” Y digo yo ¿diferente a qué?, ¿a quién? y ¿cómo se
consigue eso?
Inspiradas por estos consejos de la costurera parisina, Susana Martínez como
dramaturga y yo misma, como directora, hemos creado “Yo soy Coco”. Una
propuesta que ha nacido para hablar de la joven Gabrielle, hoy más conocida
como Coco Chanel. Pero… ¿Cómo se llega a ser lo que se desea ser? ¿Y cómo conseguir
ser sencillamente una misma?
Considerando que actualmente, tampoco estamos en un paraíso de igualdad
real, en cuanto a oportunidades o en cuanto a la libertad para decidir (ojalá
pudieran contarlo las mujeres brutalmente asesinadas) Susana y yo hemos intentando
entender por qué Coco consiguió hacer lo que hizo y qué le supuso hacerlo.
Cuanto más estudio a personas que me interesan, mayor es mi afán de dar a conocer,
en profundidad, a las mujeres que han participado activamente en la historia de
la humanidad. Hay escasa información sobre cómo vivieron su vida y por qué
consiguieron cambiar desde su propia realidad, la de otras mujeres. A veces, la
impresión es que sólo se conoce el resultado final de lo que alcanzaron y nada,
o muy poco, de lo que significó su proyecto. Es necesario que se conozcan las
experiencias de todas las mujeres que intervinieron social, política y
artísticamente. Que se hable de ellas en los centros de enseñanza, desde la
labor periodística, o través de la creación de proyectos audiovisuales y
escénicos.
Para hablar de estas mujeres, sencillamente, resta centrarse en qué carácter,
bueno o malo, tuvieron y si amaron poco o mucho y a quién. Es necesario rescatarlas
por sí mismas y en voz alta. Pero esto no pretende ser un alegato, simplemente
es mi prioridad a la hora de seguir creando. Porque he echado de menos, en los
libros de texto, en los que estudié y en los que sigo aprendiendo todavía, a
las mujeres. Las que he ido descubriendo se me han ido apareciendo por la necesidad
de encontrarlas. Mujeres borradas, acalladas, suplantadas y muchas veces
olvidadas, pero también al contrario, muy conocidas pero lamentablemente
estereotipadas, prejuiciadas o desprestigiadas por el simple hecho de ser
diferentes. Mujeres, muchas veces, sólo iconos de sensualidad, de belleza o de
subversión y disonancia.
Con Yo soy Coco, segundo trabajo de la Plataforma Actrices para la Escena, nos
atrevemos con otra aventura teatral pero muy diferente a “Reinas”. Pensada
desde nosotras mismas y en voz alta. Es curioso, tal vez consigamos llegar,
incluso, a ser un poco diferentes.
Vaya por delante todo el miedo del mundo, porque siempre es una gran
responsabilidad trabajar en las artes escénicas. Porque no sólo es un
compromiso con nuestro oficio, o con la memoria histórica de las mujeres, es una
vez más, una obligación con el público, con ese “imprescindible” capaz de llenar
los teatros.
Palabras geniales , propias de una "genia" como tú.
ResponderEliminarEstoy deseando ver tu Coco .
Un besico .